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Cuando muere una mascota se nos queda un vacÝo inmenso, mucho mayor del que jamßs podÝamos imaginar. GlÓfira Smith parece hablarnos desde sus vi±etas de ese sentimiento que nos une a esos peludos que corretean a nuestro alrededor, alegres sin pensar en un ma±ana, que se transforma en terrible duelo al perderlos. Pero Trufa no habla solo de ese duelo: sin que apenas nos demos cuenta, nos lleva a otro, el que nos recuerda que quizßs no exista un ma±ana para nosotros cuando la soledad nos invade. Y, desde los mismos mÝnimos elementos que representan la sencillez de un animal que juega, consigue ir dibujando con su trazo sentimientos que no pueden ser expresados con palabras, solo compartidos al mirar cara a cara a esa ausencia que nos abruma y nos recuerda que la vida sigue. -lvaro Pons, crÝtico de c¾mics